lunes, 3 de septiembre de 2012

Duende (a un amigo y mentor)

El duende va y viene
de noche, a veces al amanecer.
Abre puertas
cierra candados,
los portazos
los doy con mis manos.

A veces lo veo pasar
y muy pocas soy capaz
de mirarlo a los ojos:
me da miedo su verdad.
Ahoga la esperanza,
muerde la fe,
la fruta de la duda
nace con él.

Otras veces no lo veo
ni lo oigo.
Es sigiloso,
se mueve pero está quieto,
y aún así
siento que está cerca
su presencia avisa,
y me inquieta.
Espero el momento
en el que me va ha morder.

El duende va y viene
no se lo puede retener.
Es caprichoso, preciso
y codicioso,
capaz de cortar el fino hilo
en que nos une el amor.

Yo le temo,
me da miedo su verdad.
Sin embargo
espero su llegada
una vez más.