domingo, 26 de agosto de 2012

La pasta de la imbecilidad

Las calles, vacías,
vestidas de diversión.
Los ojos, perdidos,
buscan por fin hallar
un sitio tranquilo
donde descansar.

No hay hombres
ni mujeres
sólo gilipollas
que no echan en falta
ni a Kafka
ni Kierkegaard.
Abrazados a su risa esteril,
a la felicidad del olvido.
Sus barbas
y  shorts
hablan por ellos
sin cesar.
Están hechos
de la misma pasta
que la imbecilidad.
Y mientras la calle
sigue amaneciendo
en cada amanecer,
brotando y corriendo
hasta atropellar
al bobo que anda pensando
que todo puede ser verdad.

martes, 14 de agosto de 2012

Sueña con ser...

Suena el abismo de la gruta,
la voz de las profundidades,
aquella que ya no desespera
pues ya nada espera.

Sentado frente a la nada
mira al horizonte y grita.
Suena el temible eco
de los sólos acompañados
por la luna y las estrellas,
la televisión, una cerveza,
la voz amada tras el teléfono,
la amarga luz en algún libro
y una cama vacía
con sábanas arrugadas
que recoge el llanto silenciado
del que sentado frente a la nada
sueña con ser,
               con ser,
                        con ser...