lunes, 19 de diciembre de 2011

El descubrir

En la antesala de la acción
se halla siempre el amor
vestido, en cada ocasión,
con un determinado color.

Gris para la soledad,
de blanco el seductor,
el inocente de azul,
rojo para el mentiroso.
Color carne al pasional
y también para el olvido.
Negro el del dolor
verde para el juvenil.

Y allí, ante la puerta,
en el vestíbulo que da
a la antesala de la acción,
espera la mano
del poeta y del músico,
de don Juan, del artista,
con un deseo mayor
que el de conocer el amor:
desnudar con sus dedos
el vestido de color,
ver el cuerpo desnudo
del esperado amor.

(Juan Carlos González)

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