jueves, 10 de noviembre de 2011

2011

Tiembla pero no se mueve.
Está fría y no se calienta.
El cuerpo cansado
que en ella reside
se duerme de golpe
y despierta temprano.
Dios no le ayuda
y las palabras ya no bastan.
Busca hechos
que en el futuro se esconden
y en el pasado se mueren.
Es un presente incierto.
Ella se ha ido,
y el vacío ha vencido.
Un adiós inminente
tapona la boca
del cuerpo cansado
que yace tumbado
en un presente que tiembla
pero que no se mueve.

(Juan Carlos González Caldito)

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