Adán se la comió,
Paris la cogió,
a Newton le golpeó
y mi boca
de tus labios la saboreó.
Detrás de ella
siempre una mujer,
una tragedia viva
a quien la roza.
Adán castigado,
Paris desterrado,
Newton enloquecido,
y yo por tus besos
enamorado.
(Juan Carlos González)
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