domingo, 11 de marzo de 2012

Los cómplices rebeldes

Desatendidos,
aburridos,
desamparados.
Bocas sedientas del néctar
de la intensidad.
Niños atrapados
que nunca crecen.
Una tirita
es un regalo
y el cambio
un desprecio.
El sempiterno acto
de la mocedad pasada
fracasa a cada paso
tras trago y calada
anclados en barras
y en recuerdos muertos
por el patetismo
y la servidumbre.

Ideas muertas,
palabras vacías.
Rabia que crece
de forma incoherente.

La envidia corroe
pero la soledad ahoga.
Molesta el fracaso
y la soledad cela.

Los labios rotos
y los dientes sucios
escupen la mierda
que se impacta en mi oreja.
¿Y pretendes que quiera
seguir a tu lado?

2 comentarios:

  1. je, como te entiendo.
    el poema enorme por cierto, de echo tendría que haberlo escrito yo.

    PD: mamón

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  2. ¿sincermanete? a mi tambien me gusta mucho este poema

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