Se acercó y me penetró.
Agarró mi costado
y ya no me soltó.
¡Maldito!
Me atemoriza y controla,
no me deja volar
pero sí soñar.
No hacerle caso,
no escucharlo,
es arriesgarse demasiado
a toparse con la ley;
abrirme un proceso,
perder mi dinero
ahogar mis sueños
llevarse mis esperanzas.
¡Maldito!
Ya jamás salió.
Agarrado a mi riñón
ahora escribo en un rincón.
tienes que mirarte eso de la piedra.
ResponderEliminarsaludos