jueves, 7 de junio de 2012

Si no fuera


Despunta el alba por la mañana
la brisa acude a la llamada
de los ojos que buscan aire.

Las luces de la noche
ya están apagadas
pero la ciudad no ha dormido,
sigue bailando al son del tiempo.

Como un tren interminable
viaja sin pausa
hacia el horizonte,
una máquina colosal
que se mueve sin pensar.
Y mis pies andan
por encima de su piel,
recorriendo las escamas que
me acompañan hasta el anochecer.

Si no fuera porque vivo
con la ilusión de tus ojos
en mis pensamientos y mi sangre
esta ciudad, con sus dientes,
ya me habría devorado.

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