sábado, 21 de abril de 2012

Comadrona poética

Bostezo, escribo, como.
Canto, corro, duermo.
Miro, callo, escucho.
Siento, padezco y confieso.
Ignoro, aprendo, comprendo.
Veo, toco y me sincero,
yo no estoy en mi mundo.

Una muchacha, un pájaro.
Un tren, una ventana,
cien cosas.
Miles de coches, cielo azul.
Cuatro bares, tres ancianos
y un perro que ladra.
Un niño que juga,
una pelota que rueda,
una madre que habla
y toda una Rambla
que espera y ofrece
su espalda y vientre
para ser paseada.

Dolores, amores y traiciones.
Pasiones, celos, cariños
se esconden detrás
de las pasiones.
Miles de ojos
que no veo
y cien canciones
que no escucho.
Muertos y fetos
desconocidos.
El tiempo es un dios
enloquecido.

Brilla el sol,
se esconde la mano.
Dos bicicletas
muy cerca amarradas.
Huele a pan
en la panadería
y hay braguitas expuestas
en las estanterías.
Miles de libros,
cientos de vidas,
y la mía – sólo una.

Yo no estoy en mi mundo,
soy un ser invisible.
Pero es mi poesía
la que me dice “¡tú existes!”.

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